Con el premio del Inclusivo comprará elementos para la enseñanza de lengua de señas
Carlos Alberto Soria, de Posadas, resultó ganador del Programa IPLyC Social Inclusivo. Es sordo de nacimiento, y en 2020 se recibió de profesor de lengua de señas en la Universidad Nacional de Entre Ríos.
“Un compañero de trabajo me comentó sobre el premio. Fue una emoción muy grande enterarme. Avise a mi novia, a mi mamá, a mis compañeros. Todos se pusieron todos muy contentos y fue un momento muy lindo para mí. Es una ayuda que viene bien, que siempre estamos necesitando”, señaló el joven, mediante un intérprete de lengua de señas.
Contó que cuando tenía dos o tres años, su mamá le hablaba pero que él no le prestaba atención. “Fue mi tía la que se dio cuenta de mi condición, y fue un gran shock para todos. Con el acompañamiento del médico pediatra, me pusieron audífonos y fui creciendo con ellos. Eso me permitió cursar la escuela primaria, la secundaria, hice un terciario, la universidad, siempre sorteando barreras, que durante la pandemia se profundizaron un poco porque con el uso del tapabocas la comunicación se cortaba ya que no podía leer los labios. Luego se comenzó a utilizar el zoom, y cada departamento de Lengua de Señas fue construyendo distintas maneras de comunicar a la comunidad sorda. Fue una lucha constante”.
Confió que utilizará el dinero del premio para comprar elementos que ayuden a la enseñanza de la lengua de señas. “Me siento contento, y agradezco mucho al IPLyC porque me parece muy importante lo que hace. Quienes tenemos el CUD necesitamos de la ayuda económica”.
A entender de Soria, hay varias cuestiones que se necesitarían cambiar para que la comunidad sorda se sienta incluida. Entre otras cosas, mencionó que “el recuadro destinado a los intérpretes que trabajan en televisión deberían ser más grandes. También, que, en las instituciones, los empleados sepan lengua de señas, al igual que los médicos y los policías, de manera que cuando las personas van a esos lugares, no haya inconvenientes y no se generen desigualdades. Esas cosas siento que están faltando. Falta accesibilidad e interpretación. Además, necesitamos que las personas hablen de manera más pausada, y queremos que todos aprendan lengua de señas. Esto es como un barco, donde tenemos que remar todos juntos”.