El presidente de Italia, Sergio Mattarella, destacó hoy la gran sintonía que existe entre las presidencias del Grupo de los 7 (G7) y del Grupo de los 20 (G20), que ostentan actualmente Italia y Brasil respectivamente, y afirmó que cualquier desacuerdo entre ambos grupos hubiera sido «un error imperdonable cargado de consecuencias».

En un acto en el Centro Brasileño de Relaciones Internacionales (Cebri) en Río de Janeiro, Mattarella, quien se encuentra de visita oficial en Brasil, afirmó que el mundo vive un momento que exige diálogo e intercambio de ideas.

«Observo con gran satisfacción que existe una gran sintonía entre las presidencias del G7 y del G20. Un marcado desajuste entre estos dos grupos tan importantes para el debate 
internacional habría sido un error imperdonable cargado de consecuencias», afirmó.

De acuerdo con Mattarella, ambos bloques «son foros intergubernamentales que ofrecen una oportunidad para el diálogo sobre cuestiones fundamentales para nuestro planeta, para el 
desarrollo de plataformas que unan».

«Italia observa con gran admiración el trabajo iniciado por la presidencia brasileña para alcanzar el objetivo de lanzar la alianza global contra el hambre y la pobreza en la cumbre del G20
de noviembre. Italia apoya plenamente esta iniciativa y está dispuesta a colaborar a todos los niveles», añadió.

Según el presidente italiano, la crisis climática y los conflictos han acentuado el sufrimiento de cientos de miles de personas que están al borde de la inanición o no tienen acceso a una dieta sana, ante lo cual muchos se han visto obligados a huir de sus países para sobrevivir.

Recordó que en la Cumbre del G7 Italia amplió el diálogo sobre las prioridades, invitando a países de todas las regiones del mundo.

Mencionó que en las conversaciones que sostuvo esta semana con el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, tuvo la oportunidad de apreciar las características y prioridades que
Brasil ha definido para su presidencia del G20.

«Hacer hincapié en la inclusión social, la lucha contra la pobreza y el hambre, el desarrollo sostenible, la transición energética, la necesidad de una tributación justa para las
actividades económicas que generan enormes beneficios, y la reforma de la gobernanza mundial, es prueba tangible, si fuese necesario buscaría otras, del alcance global de la política
exterior de Brasil», aseguró.