“Del total de contaminación en el río Paraná, el 70% corresponde a plásticos”
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La magister en Ambiente y Desarrollo Sostenible, Clara Mitchell, brindó datos de la presencia de microplásticos en la principal cuenca de la región.
La magister en Ambiente y Desarrollo Sostenible, Clara Mitchell, habló este jueves sobre los resultados de una investigación sobre la presencia de microplásticos en el río Paraná.
La presencia de microplásticos en el ambiente es una problemática emergente para la ciencia, que a nivel global busca determinar las consecuencias en la biodiversidad y en la salud de las poblaciones. “Es un fenómeno que se inició hace algunos años, si nos ponemos a pensar hace 20 años usábamos en nuestra vida diaria la mitad del plástico usamos hoy”, alertó Mitchell.
El modelo de producción y consumo es lo que la especialista señaló como principal explicación de los resultados de la investigación que realizan sobre la cuenca del río Paraná, desde el Centro Científico Tecnológico y Educativo Acuario del Río Paraná y la Plataforma Ambiental de la Universidad Nacional de Rosario.
“Los estudios indican que, del total de contaminación en el río Paraná, el 70% corresponde a plásticos, y la mayor proporción de desechos de la industria alimentaria. El 95% de este volumen, corresponde a artículos descartables. Es lo que encuentran año tras año desde el 2016”, indicó la investigadora.
Ante estos resultados, Mitchell abordó un estudio específico sobre microplásticos, identificados como partículas de plástico de menos de 5 milímetros de tamaño, originadas por la fragmentación de plásticos más grandes o fabricados directamente para uso industrial y doméstico. Estos no son identificables al ojo humano, y requieren de dispositivos especiales para ser identificados.
“Los resultados son contundentes: en las costas de la ciudad de Rosario, por cada metro de arena, se encuentran más de 18.500 microplásticos. Estas cifras corresponden a una medición superficial, los tres primeros centímetros de este suelo”, detalló la también docente de la UNR. La gestión de residuos deficiente en zonas urbanas y los basurales en zonas inundables son identificados como los principales generadores de estas cifras.
Separar los residuos para su reciclado, compostar el material orgánico o reducir el uso de plásticos de un solo uso son algunas de las acciones sobre las que puede colaborar la ciudadanía. Sin embargo, Mitchell remarcó la importancia de que se acompañe desde esferas públicas y privadas de toma de decisiones, con políticas públicas integrales de gestión de desechos en ámbitos productivos, en los sistemas de higiene urbana y la regulación del uso de plásticos en el sector comercial y/o gastronómico.
“Lo que estamos diciendo no es volver al lechero que te traía la leche en un contenedor a la puerta de tu casa, pero sí hay ciertos plásticos que son un poco superfluos y que podemos empezar a eliminarlos. Siempre lo digo, el stent que tiene mi papá en el corazón es de plástico y le salvó la vida; no es algo contra el material sino contra la forma de utilizarlo. Una bolsa la usamos con suerte cinco minutos y puede durar miles de millones de años intacto”, reflexionó en diálogo con Radio Unne.